Cristina lleva viviendo en la comuna de Independencia desde el año 2015. Su ímpetu de comunicadora y gestora cultural la llevó prontamente a explorar y conocer los tipos de actividades que se realizaban en torno a las artes y cultura. Su primer acercamiento fue a través de una asamblea participativa que realizó la Corporación de Cultura y Patrimonio, para formar, coincidentemente, el plan cultural de Independencia.
En esa reunión se enteró de toda la riqueza patrimonial que habitaba en Independencia. “Podría decir que sentí una conexión especial, una especie de “llamado” a involucrarme como vecina, a partir de esas y otras instancias de las que participé, fui relacionándome con las personas que ahora son mis vecinos, amigos y compañeros de trabajo” comentó Cristina.
Hoy reconoce Independencia como un lugar mágico, lleno de historias y secretos, que tiene como ventaja no ser una comuna tan grande, lo que facilita el transporte y la posibilidad de encontrar de todo. Así también, destaca la diversidad cultural que existe en el barrio y que habita en un espacio en el que conviven distintas épocas de infraestructura lo que se denomina como “eclecticismo arquitectónico”, algo que es muy simbólico de la comuna.
La necesidad de preservar y otorgar valor a lo que históricamente rodea Independencia condujo, finalmente, a que Cristina fuese parte de lo que hoy conocemos como Independencia Cultural. “Ha sido una experiencia muy enriquecedora, desafiante y estimulante a la vez, porque, cuando comencé a trabajar en la corporación, estaba recién empezando por lo que había mucho por hacer. Entonces, el desafío fue comenzar a organizar un sistema de trabajo y sistematizar la información, transformar esa información en contenido y darle un enfoque comunicacional” explicó Cristina.